A inicio de año fui invitada por Ana Bertha Quirós, amiga y miembro destacado de Ashoka Perú, a participar en una reunión de un equipo conformado por líderes educativos denominado EDvolution CV. Café Virtual. El ponente en esta oportunidad fue Isy Faingold, jefe de educación de UNICEF en Filipinas, experto en políticas educativas con Master en la Universidad de Princeton y ex director de educación secundaria de MINEDU. Un maestro bastante joven que planteó el tema “El alumno como como protagonista en la nueva normalidad”. Fue muy interesante ver el tema de la pandemia centrado en el estudiante.
Un dato curioso que mencionó Isy, fue que UNICEF se unió en una campaña con Tik Tok para utilizar ese medio para enviar mensajes importantes a los jóvenes; lo cual quiere decir que si quieres conectar con los jóvenes debes pensar como ellos, con ellos y para ellos. Por lo tanto, sugirió que todo educador debía tener un mentor menor de 30 años para que nos ayude a pensar como ellos y lo escuchemos directamente.
Otra forma de conocer cómo piensan los jóvenes es por medio de las encuestas. UNICEF realizó en Filipinas una encuesta en donde preguntaba a los escolares cómo se sentían en estos momentos, el 56% respondió que está preocupado, el 18% está asustado y el 16% está bien. Estas respuestas reflejan a su vez cómo se sienten los jóvenes alrededor del mundo, pues viven la misma situación de incertidumbre. Cuando profundizaron para ver qué era lo que generaba esas respuestas, los chicos dijeron que tenían miedo a enfermarse, a que se enfermen sus padres y familiares, que les hacía falta la actividad física, relacionarse con sus compañeros en vivo, querían volver a su rutina y que les hacía falta espacios de acceso a servicio de soporte psicológico y emocional.
Isy nos llevó a reflexionar sobre lo que nos está diciendo este mundo Covid y revela la importancia de la adaptabilidad. Hoy el hombre se da cuenta de la poca capacidad que tenemos de predecir el futuro, para lo cual la capacidad de resiliencia y adaptabilidad se vuelven habilidades muy importantes para preservar el balance mental y bajar la ansiedad. En estos momentos es en donde se agudizan los problemas mentales como la depresión, entre otros.
Necesitamos habilidades como la de manejo del tiempo (para hacer los trabajos, asistir a videollamadas, leer, investigar, etc.) creatividad, pensamiento crítico, comunicación, colaboración, habilidades digitales a la par de las habilidades intelectuales, etc.
Desde la escuela, es importante desestigmatizar el error y tomarlo como oportunidad de aprendizaje, de exploración, de acción. No se puede pretender esperar a salir de la escuela para usar las habilidades que han desarrollado durante 11 años, deben trabajarse y desarrollarse a la par, experimentarse desde la puesta en práctica, sobre la marcha.
El diseño de aprendizajes significativos está centrado en los estudiantes, no en los maestros; lo cual consiste en ayudarlos a que sean ellos los protagonistas de su propio aprendizaje. Para lograr este propósito es necesario desarrollar en los estudiantes habilidades socio emocionales, lo cual hará sencillo desarrollar también las habilidades cognitivas pues está científicamente comprobado que se relacionan íntimamente. Al desarrollar las habilidades emocionales se genera un gran impacto en el comportamiento de los estudiantes; se ha comprobado que baja el consumo de drogas, los embarazos adolescentes, entre otros.
Es preciso que los estudiantes se convenzan de que la inteligencia sí puede cambiar, mejorar y desarrollarse y que no es que cada uno vino con un regalo divino estático; solo así sus capacidades mejorarán realmente.
Los aprendizajes no son lo más importante, sino el desarrollar las competencias para resolver problemas desde la escuela, desde el hogar apoyados por sus padres y de la comunidad trabajando en conjunto casa y colegio, para lo cual es necesario mantener constante comunicación con los padres. La educación es tarea en equipo y hoy en día, los padres (que no estaban preparados para esto), deben asumir un rol de apoyo de los procesos cognitivos de sus hijos en casa, además de sus roles como trabajadores; por lo tanto, merecen el apoyo y monitoreo de la escuela. Nos corresponde buscar soluciones creativas y colaborativas con ellos.
Los maestros debemos trabajar para incorporar los procesos educativos desde la virtualidad; cuando creamos las sesiones de aprendizaje debemos fomentar situaciones de disonancia cognitiva, de conflicto, para que sea atractivo y retador para los estudiantes y para que así se logren procesos cognitivos relevantes. Por eso, es vital que sean partícipes en la creación de proyectos y tengan opción a proponer temas para que estén basados en sus intereses y así los envuelvan e inspiren unos a otros.
Otro aspecto importante es motivar a que los chicos se auto lideren y sean agentes de cambio. Los maestros entonces no deben decirles qué hacer, para que sea sostenible, los maestros debemos generar las condiciones necesarias para que surjan los líderes, que los estudiantes asuman su rol protagónico y desarrollen todas sus competencias; debemos empoderar a los jóvenes, esforzarnos por entender cómo aprenden y qué desean aprender, propiciar el aprendizaje entre pares, desarrollar la escucha, aprender a explorar el mundo digital, avanzar junto con ellos, generar conciencia ciudadana al dejarlos elegir problemas de la comunidad para darles solución desde sus posibilidades.
Al profesor le corresponde acompañar estos procesos, darles herramientas para que se evalúen, pero no solo a nivel cognitivo sino también evaluar sus habilidades blandas, su dimensión socioemocional y las competencias relacionadas al desarrollo del pensamiento. Lograr que cada estudiante se conozca y crea en sí mismo es nuestro reto como maestros. Pero, antes que nada, los maestros y las familias deben tener en claro que la prioridad es su bienestar y que no debe faltarles el soporte emocional.
Por Janice Roeder – Directora