Ocasionalmente, los niños y niñas demandan más tiempo con sus padres y muchos comentan: “pero yo les doy un montón de tiempo” y es allí en donde debemos recalcar la típica frase: calidad es mejor que cantidad. Cuando estás pasando tiempo con tus hijos, ya sea haciendo alguna actividad o ayudándolo con algo, ¿estás realmente presente o estás pensando en el trabajo, en esa presentación que te falta hacer o en los problemas del día a día? Es importante estar realmente presentes en este tiempo que pasamos con ellos.

La felicidad de ellos está relacionada con nuestra capacidad para educar niños y niñas que sepan gestionar sus emociones, con una sana autoestima, amables con los demás y consigo mismos, compasivos, atentos y agradecidos. El factor primordial en este tipo de educación es la aceptación y amor incondicional; el cual deriva de prestarles una atención constante que colme sus necesidades cuando estamos con ellos. Esta atención se refiere a un acompañamiento respetuoso.

Las presiones de la sociedad y la vida tan agitada que vivimos día a día, hace que en muchas ocasiones vivamos en piloto automático y es allí en donde nos cuesta mantenernos y disfrutar del presente. Según Myla Kabat-Zinn, la paternidad automatizada y no examinada puede causar un daño profundo y duradero en los niños y en la trayectoria de su desarrollo.

6 beneficios de ser padres atentos y conscientes

  1. Desarrollamos una relación con nosotros mismos y con nuestros hijos basada en la amabilidad y el amor incondicional, aceptándonos a nosotros mismos y a los demás como son.
  2. Aprendemos a gestionar nuestras emociones, de tal forma que vamos cambiando las reacciones desmedidas que podríamos tener ante algún estímulo generado por nuestros hijos a unas más pausadas.
  3. Entendemos cada momento de estar y convivir con nuestros hijos como una oportunidad para expresar nuestro amor, que es básico para su estabilidad, seguridad y desarrollo.
  4. Generamos un vínculo cercano y un concepto de familia en torno a la vida consciente. Actividades cotidianas como dar un paseo podrían convertirse en experiencias muy lindas.
  5. Aprendemos la escucha activa, en la cual no escuchamos para dar una respuesta en función a nuestros juicios o valores, simplemente escuchamos. La percepción y el conocimiento que se genera es mucho más profundo.
  6. Mejora la capacidad de atención y memoria, beneficiando a nuestros hijos pues nos notan más presentes y conocedores de sus propias circunstancias y necesidades.

El año se termina, ¿qué reflexión nos deja?

Estos meses han sido complicados para la mayoría de nosotros. Hemos tenido que adaptarnos a una manera diferente de relacionarnos, de vincularnos y de trabajar, y es  muy posible que hayamos tenido incluso más carga laboral que la que teníamos cuando podíamos ir a la oficina o salir en general a trabajar. A esto se le ha sumado el aumento de la carga de trabajo en la casa y la necesidad de acompañar a nuestros hijos en sus clases virtuales y otras actividades. Hemos esperado los fines de semana con ansias para poder descansar y seguramente esos dos días ni los hemos sentido… de pronto hemos despertado y ya era lunes nuevamente… para volver a empezar con la misma rutina.

Las cosas poco a poco están cambiando y, de alguna manera, volviendo a la normalidad. Ya nos hemos acostumbrado a vivir diferente y nos hemos adaptado a nuestra nueva vida y rutina. Este es el momento perfecto para parar y pensar en cómo nos hemos vinculado con nuestros hijos este año y qué cambios podemos hacer para ser padres más atentos y conscientes.

Aprovechemos esos meses de verano para pasar más tiempo de calidad con nuestros hijos, estando atentos y conscientes en el momento presente, que al final es lo único que realmente poseemos.

Referencias:

Moroño, T. (2019). Niños atentos y felices con mindfulness. Barcelona, España: Editorial Penguin Random House

Kabat-Zinn, J. y M. (2012). Padres conscientes, hijos felices. Madrid, España: Editorial Faro.

Por Cristina Mendiola – Psicóloga de 5to a 7mo grado

Edición y corrección: XMM

Compartir