La epistemología que sustenta la orientación de la evaluación cualitativa y su forma de entender la producción de los conocimientos se sustentan en la idea de que el conocimiento se construye incorporando el sentido y los significados que aportan los estudiantes. La finalidad de la evaluación ha dejado de ser descubrir un conocimiento universal como estábamos acostumbrados anteriormente, repitiendo el modelo exactamente igual, sino que consiste en darle un sentido particular al conocimiento para que este se convierta en el referente teórico que oriente el proceso de su evaluación. Ese es el verdadero sentido y el significado de la evaluación en la educación de hoy.
¿Qué es el constructivismo?
El constructivismo es una teoría que define al aprendizaje como la creación de significados a partir de experiencias. En el campo de la educación, «los planteamientos constructivistas son propuestas pedagógicas o didácticas vinculadas con una teoría del desarrollo mental o del aprendizaje» (Coll, 1983). Piaget lo define como la capacidad que tiene el ser humano para captar e interpretar la información que recibe de su entorno y relacionarla con lo que ya conoce para desarrollar nuevos conocimientos o sus propias teorías. De esta manera los niños van concatenando sus aprendizajes unos con otros, utilizando siempre sus saberes y experiencias previas e iniciando nuevos. En Villa Per Se le brindamos especial importancia al aprendizaje vivencial, los oficios y proyectos integrados donde los niños son los principales protagonistas de su propio aprendizaje.
Vigotsky le agrega al constructivismo un enfoque social. Él resalta la importancia del aprendizaje con relación al contexto y las interacciones entre los sujetos, de ahí el valor que le damos en el colegio a la convivencia de los niños y cómo son ellos mismos los mejores maestros de sus compañeros y de sus hermanos.
El conocimiento entonces se construye cuando un sujeto les asigna significados a las experiencias. Lo que buscamos a través de la experiencia de aprendizaje, es hacer propio un conocimiento de manera permanente. Como esas anécdotas que vivimos en la infancia y nos acompañan el resto de nuestras vidas. Este es el enfoque por el cual apuestan los maestros de Villa Per Se, un proceso que sea interiorizado por los estudiantes ya que impactó positivamente en ellos y lo pueden trasladar a otros escenarios y contextos. El maestro los acompaña, observa y registra sus procesos de aprendizaje y replantea aquellos que necesiten ser reforzados, cuánto más se repite una experiencia más la recordaremos (por eso los niños disfrutan de dibujar, leer el mismo cuento una y otra vez, lanzarse a la piscina mil veces, etc.).

Por el contrario, el paradigma positivista concibe al conocimiento como algo externo y ajeno al sujeto. Resume el conocimiento a hechos y datos cuantificables. Este enfoque excluye los procesos mentales del aprendizaje y los sustituyen por las leyes de la conducta ya que conocer equivale a aprender hechos, cosas, datos, etc. Del positivismo surge la pedagogía por objetivos que aplica de forma lineal el conocimiento es decir que lo reduce a una lista de objetivos observables. A este tipo de enseñanza – aprendizaje estuvieron expuestos la mayoría de los padres de familia y maestros. Por lo tanto, les puede costar comprender un enfoque constructivista y es posible escuchar “yo aprendí así y no fue tan malo” lo cual es cierto. Pero también es cierto que los padres llegan a este colegio con la esperanza de brindarle a sus hijos un enfoque más cercano, respetuoso y divertido. Es decir, quieren que logren la excelencia académica, pero por un camino diferente al memorístico sin sentido que tuvieron ellos.
En Villa Per Se vemos a la adquisición de conocimientos de manera integral u holística. Nos es impensable separar el conocimiento de la emoción y somos conscientes de que sin motivación es poco probable que se dé la asimilación de conocimientos.
Nosotros concebimos el proceso de enseñanza – aprendizaje como una participación activa de los sujetos en la construcción del conocimiento, con un carácter dinámico y temporal o contextual ya que el contexto pasa a tener mucha importancia en los aprendizajes.
Lo que buscamos nosotros con esta práctica es una evaluación cualitativa de los procesos educativos para lo cual se necesita trabajar desde pequeños ciertas habilidades intelectuales en los estudiantes como son: estructuras cognoscitivas, procesos y estrategias de pensamiento. Con estas habilidades se aprende a interpretar la realidad de forma sistemática, pudiendo darse cuenta de cómo se elabora tal comprensión.
Es así que el momento de la metacognición recibe tanta importancia en cada uno de los proyectos que desarrollamos durante el año y nos aseguramos de que los niños sean capaces de contar ¿cómo aprendieron?, ¿qué aprendieron?, ¿con qué lo relacionan? ¿qué utilizaron? etc., y el evaluador desarrolla en ellos una lógica de pensamiento que les permite interactuar con la realidad que se pretende conocer, con el propósito de construir un conocimiento consistente acerca de esa realidad. La reconstrucción de la información obtenida y su interpretación es factible si están establecidos de forma clara, precisa y rigurosa los procedimientos de recolección, tratamiento y análisis de la información de ahí el uso de las famosas rúbricas. Este procedimiento garantiza el rigor del conocimiento que produce y permite comunicarlo de manera adecuada a los padres de familia y a los propios estudiantes.
Ahora que conocen un poco más acerca de nuestro enfoque constructivista, animo a los padres de familia a tenerlo presente cuando apoyen a sus hijos en casa y antes que darles los conocimientos para que ellos repitan o copien exactamente, los animen a descubrir, pensar y procesar los conocimientos de modo que permanezcan en ellos durante TODA SU VIDA.
Fuentes:
https://dominiodelasciencias.com/ojs/index.php/es/article/viewFile/298/355
Janice Roeder
Directora