Dentro de cada clase que un maestro se plantea y planea, varias preguntas y preocupaciones surgen en su mente. Por ejemplo, si van a entender el tema, si van a poder resolver la actividad solos, si el tiempo va a alcanzar para lo que se tiene planeado, si van a estar motivados todo el tiempo, si los objetivos se van a cumplir y si todos realmente van a lograr su máximo potencial. Estas y muchas preguntas más tenemos nosotras como maestras cuando queremos introducir un tema nuevo, notamos que la tarea de planear se vuelve más compleja y lo es aún más cuando nos retamos al compromiso de empoderar a cada estudiante. Es decir, un aula en la que tenemos niños con diferentes niveles y estilos de aprendizaje, así como necesidades socio emocionales, y nuestra tarea es buscar estrategias y métodos que nos ayuden a ofrecer una educación de calidad a todos.

Por ello, los maestros de Villa Per Se nos capacitamos para aplicar el Proyecto de Modern Classroom, en donde el principal objetivo es ayudar a los estudiantes a lograr una auténtica comprensión de los contenidos y habilidades académicas. En esta oportunidad, como muestra, les vamos a comentar nuestra experiencia al utilizarlo en nuestro curso de matemática de 1er grado. Esta es una forma diferente de enseñar diversos contenidos que no sólo se limitan a este curso, sino que a su vez promueve la autonomía y respeta el ritmo individual de cada niño y dejar que ellos sean los gestores de su propio aprendizaje.

Como todo nuevo, al inicio, en el proceso de planeación, el buscar diversos recursos y actividades fue un reto, el cual nos llevó a pensar fuera de nuestra zona de confort y poner a prueba nuestra creatividad para crear cada actividad y estar seguras de que estas se podrían amoldar a cada niño y a sus estilos de aprendizaje. Entonces, esta estrategia se planteó a modo de un juego de mesa, en el que cada niño tenía un tablero, o llamado también «Roadmap». Para utilizar este tablero, van moviendo sus fichas de acuerdo a cada actividad completada. La dinámica del salón cambió drásticamente, debido a que nosotras ya no nos acercamos a ellos, sino que ellos son quienes nos buscan, haciendo preguntas que ellos creen necesarias para poder resolver la actividad que se encuentran realizando.

La intención del Modern Classroom es que los estudiantes puedan poner en práctica sus habilidades para luego demostrar el dominio de lo aprendido a través de un “Mastery Check”.

Se consideran diferente tipos de actividades para que los estudiantes puedan poner en práctica sus habilidades y refuercen el objetivo trazado. Algunos de ellos, se diferencian por niveles en donde se complejiza las instrucciones para que cada estudiante tenga la motivación de intentarlo pero todos logran el mismo objetivo. Asimismo, las actividades no limitan al niño a estar sentado durante toda la clase, sino que invitan a la exploración e investigación, a través del juego y el movimiento que reducen los espacios vacíos y los momentos de distracción que se podrían dar en una clase regular. También, fomenta el trabajo colaborativo, al trabajar en grupos, en los que cada uno tiene un estilo de aprendizaje diferente, para que entre todos se puedan complementar y apoyar.

Al final de estas actividades los chicos comprueban sus aprendizajes a través de un «Mastery Check» que es una pequeña evaluación de sus conocimientos y en cierta forma también una autoevaluación de todo su esfuerzo previo, lo cual permite que ellos sean conscientes de lo que realmente han aprendido y que hayan cumplido con los objetivos propuestos. Y si ellos todavía no lo logran, revisan las actividades previas y cuando se sienten preparados, lo vuelven a intentar, sin presionarlos ni limitarlos a una cantidad específica de oportunidades. Este tipo de experiencias les genera más confianza y seguridad para poder lograr lo que se proponen, quitándoles el miedo a fallar y darle otra mirada al error, como un paso más en su proceso de aprendizaje.

Esta forma de enseñar llega a ser gratificante y de suma importancia en nuestra visión como maestras, dado que, no queremos que el aprendizaje llegue a ser algo tedioso y que pueda causar rechazo en los niños, más aún en Matemáticas, que es un curso que tiene la etiqueta de ser “aburrido” y “difícil”, y en el que se usa la palabra “imposible” o el “no puedo” con bastante frecuencia. Por esta razón, es fundamental darle esta mirada de juego y exploración con materiales concretos y atractivos que favorezcan su aprendizaje, den más entendimiento a cada concepto nuevo y hagan de cada clase una nueva aventura. Además, los estudiantes necesitan una estructura, así como libertad de dominar los contenidos a su propio ritmo y juntos poder lograr los objetivos de la evaluación mientras disfrutan del proceso de aprendizaje.

Valeria Guzmán y Angela Neira

Maestras de 1er grado

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